Nuestra actividad turística y, posteriormente, la actividad del observatorio nos ha permitido conocer muchas personas diferentes durante estos años; distintas edades, distintos grupos sociales e intereses diversos; nos han visitado y hemos compartido con diversas nacionalidades. Con algunos ha sido solo la formalidad de entregar el servicio solicitado, con otros hemos construido relaciones de amistad. Pero sin distingos, hemos tratado que cada una de las persona que llega a nuestra parcela pueda encontrar un espacio en que se sienta cómoda y a gusto. Lo principal es que aprendemos algo nuevo con cada uno de ellos; es ahí donde está nuestra experiencia, en ese quehacer cotidiano, en el día a día con cada visitante.
En este quehacer hemos tenido la satisfacción de que por años nos visiten clientes que tienen gratos recuerdos de su estadía, ya sea en una cabaña, en nuestra zona de camping cuando esta funcionaba o bien, para volver a degustar alguno de nuestros platos de comida o servirse un trozo de kuchen. Indudablemente no podemos negar que una de las mayores satisfacciones es haber sabido de jóvenes que, producto de una visita al Observatorio, se han entusiasmado con la astronomía u otras ciencias afines viendo un rumbo de vida a seguir.
